La marcha indígena de 12 comunidades de la Chiquitania, Alto y Bajo Paraguá, en el departamento de Santa Cruz, rechaza los asentamientos ilegales y, además, de los Interculturales afines al MAS, apuntan a los agroindustriales y menonitas por los avasallamientos, desmontes y daño a la fauna en áreas protegidas. “No estamos en contra de la actividad productiva privada, son una fuente de dinamismo económico, pero es importante que sus actividades se adecúen y consideren criterios ambientales y sociales, de tal manera que no generen daño al ecosistema y a la biodiversidad, al agua, a la salud de las comunidades; que se adopten criterios de agroecología, ganadería sostenible, pastoreos y otras actividades sostenibles con la naturaleza, y de esa forma ser aliados con el sector privado”, afirmó Lordy Suárez, cacique de la comunidad San Simón. El joven líder indígena es parte de la caravana de más de 200 personas que partieron el lunes de la comunidad San José de Campamento, y que tiene previsto recorrer 162 kilómetros hasta la capital de la provincia Velasco, el municipio de San Ignacio de Velasco. En contacto con Visión 360, Suárez informó que a los hombres, mujeres e indígenas de la tercera edad de 12 comunidades de Alto y Bajo Paraguá y la Chiquitania se irán sumando otras personas, para protestar contra los avasallamientos y asentamientos ilegales que sufren desde hace varios años en su territorio, en el parque nacional Noel Kempff Mercado, protagonizados por grupos de campesinos del sector de los Interculturales, afines al MAS, menonitas y agroindustriales. “En el tema de asentamientos ilegales, nos oponemos rotundamente, porque son, junto a los menonitas y agroindustriales, los que están transformando el territorio, haciendo desaparecer los bosques que son vitales para la producción sostenible, el ciclo hidrológico y la vida en general. Además, nuestras futuras descendencias también necesitarán un lugar donde vivir, en un futuro no muy lejano, y es por ellos que defenderemos nuestro territorio ancestral”, aseveró el dirigente. Entre las demandas del pliego petitorio que emitió la Asociación de Cabildos de Alto Paraguá, pide auditorías ambientales, para determinar la restauración de los daños ambientales generados por esos grupos. También se exige levantar un inventario sobre el estado actual de su territorio. Los indígenas aseguraron que ni el Gobierno central ni la Gobernación de Santa Cruz, y menos las alcaldías, han presentado programas para tratar en el futuro, el problema recurrente de los incendios forestales, la sequía, la disminución de las fuentes de agua y deforestación. “Pedimos por amor a la vida, desde nuestra visión de nuestra comunidad de la Chiquitanía de Alto Paraguá, como la única manera de prevenir los efectos del cambio climático es que el Estado, en sus tres niveles, los empresarios privados y las instituciones unan fuerzas con nosotros los pueblos indígenas”, concluyó Suárez. La marcha indígena ya recorrió unos 40 kilómetros. Pasó las poblaciones de Candelaria, Carmencita, Tacuaral, Palmarito y San Simón. Las imágenes desde el camino revelan que los marchistas deben aspirar el humo de los incendios forestales que aún se generan en esa región, los que opacan el cielo y generan la impresión de una neblina que oscurece el firmamento. “Este es el aire que respiramos desde hace cinco meses”, lamentó Suárez. (VISIÓN 360)