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Todos Santos

“¿Dónde viven las almas?”: Usnayo explora la fiesta de las ñatitas en un fotolibro

Cuando niño, el fotógrafo Juan Carlos Usnayo escuchaba en las noches de noviembre los estruendos de las cajas en medio del silbar de los pinquillos. La música le daba un toque tétrico al Cementerio General, que se encuentra en el barrio donde vive, El Tejar. Sin querer, él formaba parte de esas tradiciones relacionadas con la muerte (Todos Santos y la fiesta de las Ñatitas), y aunque al principio no encontraba su papel en estas costumbres, a través de los años su relación con estos ritos fue tomando forma, y lo hizo mediante la cámara, con imágenes que hoy son parte del fotolibro Ajayuni. El libro Ajayuni, que en aymara significa el lugar donde viven las almas de los ancestros, tiene como protagonistas a las ñatitas, y refleja cómo éstas interactúan con diversos elementos dentro del cementerio. Entre las imágenes destacan conceptos como la religión, la vida y el mundo andino. Para que esta colección saliera a la luz, Usnayo visitó el camposanto cada ocho de noviembre, durante muchos años. Sin embargo, para el autor, las imágenes tienen un contenido que va más allá de la temporalidad. “El fotolibro es el trabajo de documentación de años, que es el tiempo de trabajo que me ha tomado reconocerme a mí en la celebración, encontrarme a mí mismo en la fiesta”, destacó. Aunque el fotógrafo creció rodeado de estas tradiciones, especialmente la fiesta de Todos Santos y la celebración de las ñatitas, la cámara le ayudó a internarse en estas costumbres. “Todo este tiempo logré sentirme parte de eso, sin ser exactamente parte. Se puede decir que (el fotolibro) es el trabajo de recopilación de información y el proceso de introducirme a la fiesta”, acotó al respecto. Él se refiere a que cada año, durante la fiesta de las ñatitas, se empapaba del ambiente, compartía las emociones de los devotos, los ritos que ellos rigurosamente practican, y hasta los elementos más tradicionales, como la hoja de coca. Luego de todos estos años de explorar en esta fiesta, Usnayo tomó la decisión de seleccionar y publicar las imágenes, “porque era necesario”, explicó. Este libro, en consecuencia, es una etapa obligatoria para él, pues es parte de sus raíces y de las costumbres que rodean a La Paz, y en particular al barrio El Tejar. Con Ajayuni se cierra un ciclo: el de registrar y el de experimentar la fiesta. Sin embargo, se abre paso a otra etapa, la de ser parte de la celebración de las calaveritas, pero ya desde la música. “Ya en los últimos cuatro años comencé practicando el instrumento, alma pinquillo, porque me conectaba con esa búsqueda interna de identidad”, allí encontró no sólo técnica, sino también una comunidad, la historia y otra forma de vivir las tradiciones. El fotolibro se presentará el viernes uno de noviembre en la Casa Prado (Avenida 16 de Julio, número 1615) a las 19.00. Usnayo adelantó que el  encuentro estará acompañado de música autóctona relativa a la temporada de lluvias. Juan Carlos Usnayo es fotógrafo, docente y gestor cultural. Su trabajo es documental principalmente en el área andina en torno a temas sociales, identidad y cultura  musical. También es editor en Illa Ediciones, editorial independiente que impulsa la producción y difusión de obras fotográficas impresas, que como plataforma va generando espacios de aprendizaje y trabajo colaborativo. Puede contactarlo al 69898488. RTP

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Todos Santos: Elaboración de pan, “t’anta wawas” y otros elementos

Familias ultiman detalles en la elaboración de pan, panaderos hornean elementos tradicionales de difuntos como las “t’anta wawas” para el reencuentro con los seres queridos en “Todos Santos”. “Los hornos están llenos, no hay caso de entrar pero estamos haciendo pan para llevar a Guaqui”, indicó Bertha Paucara mientras sacaba el pan recién horneado de una panadería en el Distrito 4 de El Alto. A pocas horas del reencuentro con nuestros seres queridos, según la tradición aymara, que dice que el 1 de noviembre las almas de los difuntos bajan a la tierra para disfrutar de un altar instalado por las familias con varios elementos característicos de la celebración, ultiman trabajos para la preparación de los panes. Maestros panaderos una pieza fundamental de la festividad de “Todos Santos”. Fidel Paco, ejecutivo de la Federación de Panificadores de El Alto, nos explicó cómo las familias llegan hasta su horno panificador y cuál es la elaboración a pedido de los familiares que recuerdan cómo era el difunto en vida y cómo los elementos de pan no pueden faltar. “Hacemos al pedido de la clientela, de cada familia, “t’anta wawa”, caballitos, escaleras, águilas, en fín todo para el difunto”, señaló. Las familias llegan hasta los hornos panificadores para hacer los panes para los seres queridos. Nemesio Camargo, indicó que existe la costumbre de “prender la mesa el 1 de noviembre y el 2 de noviembre se hace rezar cerca al nicho en el cementerio”. Uno de los elementos más populares es la “t’anta wawa” que se pone en representación del difunto, sabía que los otros panes con forma de; pescado, escalera, cruz, luna, sol, paloma, llama, caballo, que son conocidos como misterios acompañan el recorrido del ser querido en su visita a la tierra. Durante 24 horas los familiares rezan y se reúnen alrededor de este altar; al mediodía siguiente, el 2 de noviembre despiden el alma de sus difuntos en los campos santos o domicilios, esta es nuestra tradición conocida como “Wiñay Pacha” o tiempo eterno. POR YENNY TICONA

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Venta de elementos para la mesa de “Todos Santos”; caña de azúcar, “tocoro” y coronas

Familias llegan a las ferias por “Todos Santos” en El Alto para comprar los elementos de la mesa de difuntos que deben ir acompañados de “interconexión” para recibir a los “Ajayus”. Como dice la tradición de los pueblos originarios de nuestro país, los elementos de la mesa de “Todos Santos” deben ir acompañados de “interconexión” con los difuntos; por ejemplo el tallo de cebolla “Tocoro” es símbolo de agua para las almas. Los productores y comerciantes llegan a las calles y avenidas de la zona Villa Dolóres para ofrecer los elementos tradicionales de la festividad. La caserita Rosa Quispe, aseguró que esta fiesta para los “ajayus” es una ves al año, y esta gestión con creatividad innovaron en las guirnaldas y coronas de colores para los seres queridos. Pero también se pone cañas de azúcar que representa el bastón de las almas, los panes horneados como las “t’anta wawas”, caballitos, llamitas, escaleras, el sol la luna, la cruz, no pueden faltar los dulces, la comida, agua en vaso, coronas, frutas, la p’asankalla, tostados de colores, masitas y velas. Armar la mesa de difuntos para el 1 de noviembre a medio día debe ser bastante significativo y con mucho sentimiento para generar esa “interconexión” que debe ir ligada a las tradiciones, para luego despedir a los ajayus el 2 de noviembre a medio día en los campos santos. POR YENNY TICONA

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