Familias ultiman detalles en la elaboración de pan, panaderos hornean elementos tradicionales de difuntos como las “t’anta wawas” para el reencuentro con los seres queridos en “Todos Santos”.
“Los hornos están llenos, no hay caso de entrar pero estamos haciendo pan para llevar a Guaqui”, indicó Bertha Paucara mientras sacaba el pan recién horneado de una panadería en el Distrito 4 de El Alto.
A pocas horas del reencuentro con nuestros seres queridos, según la tradición aymara, que dice que el 1 de noviembre las almas de los difuntos bajan a la tierra para disfrutar de un altar instalado por las familias con varios elementos característicos de la celebración, ultiman trabajos para la preparación de los panes.
Maestros panaderos una pieza fundamental de la festividad de “Todos Santos”. Fidel Paco, ejecutivo de la Federación de Panificadores de El Alto, nos explicó cómo las familias llegan hasta su horno panificador y cuál es la elaboración a pedido de los familiares que recuerdan cómo era el difunto en vida y cómo los elementos de pan no pueden faltar.
“Hacemos al pedido de la clientela, de cada familia, “t’anta wawa”, caballitos, escaleras, águilas, en fín todo para el difunto”, señaló.
Las familias llegan hasta los hornos panificadores para hacer los panes para los seres queridos.
Nemesio Camargo, indicó que existe la costumbre de “prender la mesa el 1 de noviembre y el 2 de noviembre se hace rezar cerca al nicho en el cementerio”.
Uno de los elementos más populares es la “t’anta wawa” que se pone en representación del difunto, sabía que los otros panes con forma de; pescado, escalera, cruz, luna, sol, paloma, llama, caballo, que son conocidos como misterios acompañan el recorrido del ser querido en su visita a la tierra.
Durante 24 horas los familiares rezan y se reúnen alrededor de este altar; al mediodía siguiente, el 2 de noviembre despiden el alma de sus difuntos en los campos santos o domicilios, esta es nuestra tradición conocida como “Wiñay Pacha” o tiempo eterno.
POR YENNY TICONA