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La situación actual de escasez de gasolina está teniendo un impacto significativo en el funcionamiento de las imprentas, que dependen en gran medida de este combustible para llevar a cabo sus operaciones diarias.
Con un consumo mensual que varía entre 20 y 30 litros para limpiar las máquinas, las mismas se encuentran enfrentando desafíos logísticos y financieros cada vez mayores.
Para complicar aún más la situación, las imprentas que cuentan con equipos más antiguos necesitan diesel para limpiar sus rodillos y otras partes vitales de la maquinaria, lo que agrava la dependencia de los combustibles en un momento de escasez.
Los trabajadores de estas imprentas también están preocupados por las posibles repercusiones laborales de esta crisis. Muchos temen perder sus empleos debido a la reducción de la producción o incluso al cierre temporal de las empresas como resultado de la falta de combustible.
Representantes del gremio hicieron un llamado urgente a las autoridades pertinentes para que intervengan y garanticen una distribución regular de combustible.
POR JAVIER BAUTISTA