Realizan una labor silenciosa, en una sociedad que las invisibiliza, su trabajo tiene un impacto múltiple: son el soporte de la economía de sus familias y a la vez guardianas de la conservación del medio ambiente. Nos referimos a las mujeres recicladoras.
Su trabajo es agotador, porque lo hacen a pie y e horarios peligrosos, según nos cuentan están expuestas a dos tipos de amenazas: la inseguridad de las calles y su salud.
Ante esa problemática ONU Mujeres, la fundación Munasim Kullakita y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) lanzaron el proyecto “Ciudades y Espacios Seguros para Mujeres Recicladoras” que busca mejorar las condiciones de trabajo de estas personas.
No existen datos reales respecto a cuantas personas se dedican a esta actividad en Bolivia, pero su aporte a la economía circular es fundamental porque ellas recolectan la materia prima para las empresas dedicadas al reciclaje.
Ellas solo le piden a la gente que al momento de votar su basura lo haga seleccionando los residuos para facilitarles el trabajo.
POR ÁNGEL LOZANO