La reciente apertura de Bolivia a los mercados de carbono desato un intenso debate, con posiciones divididas entre los que consideran esta medida como una oportunidad económica para las poblaciones indígenas y los que advierten sobre los posibles efectos ambientales.
En los últimos años la mercantilización de los bonos de carbono ha sido seriamente cuestionada, porque las grandes industrias utilizan este mecanismo para comprar estos bonos y continuar contaminando el planeta. Por ese motivo, Bolivia prohíbe el uso de este sistema de compensación en la ley 300 de la Madre Tierra.
La experiencia de Colombia en el mercado de carbono no es muy positiva, según la antropóloga Linda Gonzales, coordinadora de la organización ambiental CENSAT Agua Viva, porque plantea una lógica que asume a la naturaleza como un servicio.
ÁNGEL LOZANO
PERIODISTA DEL SISTEMA RTP