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Productores de soya exigen certidumbre e inmediata autorización para exportar

La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO) exige al Gobierno que emita de manera inmediata el Certificado de Abastecimiento Interno y Precio Justo y cumpla con el Decreto Supremo 3920, para garantizar condiciones de mercado estables para los productores. En conferencia de prensa, el presidente de Anapo, Fernando Romero, reclamó que “hasta la fecha, el Ministerio de Desarrollo Productivo no emitió el Certificado de Abastecimiento Interno y Precio Justo, para liberar la exportación de grano de soya en un equivalente al 60% de la producción de 2024”, como lo establece el Decreto Supremo (DS) 3920 de 2019, promulgado en un acuerdo con este sector productivo. “La exportación directa del grano de soya es una necesidad para los pequeños productores y una garantía de estabilidad para el sector. El Gobierno debe cumplir su rol facilitador y evitar trabas burocráticas que afectan a miles de familias productoras”, demandó Romero. En representación de los aproximadamente 14.000 productores de soya, Romero expresó su preocupación ante la falta de la autorización para exportar grano de soya este año. “Esta situación genera incertidumbre en miles de agricultores y pone en riesgo la sostenibilidad del sector”, aseveró a su vez Hugo Flores Porco, presidente de la filial de productores de San Julián. El DS 3920 de 2019 dispone que la exportación de soya está permitida una vez que quede garantizado el abastecimiento del mercado interno. Esto fue validado por los agricultores; sin embargo, hasta la fecha, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural no ha emitido el Certificado de Abastecimiento Interno y Precio Justo, lo que impide la venta del excedente a mercados internacionales. El sector soyero respalda su demanda con cuatro puntos clave: 1.         El abastecimiento interno está garantizado. A pesar de las dificultades climáticas que se atravesó en las campañas de verano de 2023-2024 y de invierno de 2024, se produjo más de dos millones de toneladas de soya. La demanda local es de casi 800 mil toneladas; por ello, hay suficiente producción para el mercado interno y un excedente listo para la exportación. 2.         Los productores necesitan recibir un precio justo. La falta de autorización para exportar soya afecta los precios en el mercado interno y perjudica sobre todo a los pequeños y medianos productores, quienes enfrentan costos de producción en constante aumento. Sin acceso a mercados externos, muchos corren el riesgo de no cubrir sus costos, lo cual puede afectar a las futuras siembras, incluyendo las del invierno (trigo, sorgo, girasol, maíz y otros). 3.         El sector requiere estabilidad para continuar su recuperación. En 2024, la sequía provocó pérdidas grandes en la producción de soya. Aun así, los agricultores apostaron por seguir produciendo, y proyectaron la cosecha de 2,5 millones de toneladas en la campaña de verano 2024-2025. Pero, para que la recuperación sea sostenible, necesitan reglas claras y previsibles. 4.         La exportación impulsa el empleo y el crecimiento económico. La industria oleaginosa es clave para la generación de divisas y empleo en Bolivia. Las exportaciones de soya no solo benefician a los agricultores, sino a toda la cadena agroindustrial. Con ello, contribuyen al desarrollo del país. El presidente de la filial Norte de Anapo, Juan Pablo Espinoza, lamentó: “cada día de demora perjudica económicamente a los pequeños productores, que hemos luchado contra condiciones muy duras el año pasado, debido a la sequía, la falta de dólares y la escasez de diésel”. Anapo espera que esta solicitud sea atendida a la brevedad posible para evitar mayores perjuicios a los agricultores y a la economía nacional. “El sector soyero es un pilar fundamental de la economía nacional. Los productores queremos seguir trabajando, generando empleo y aportando al país, pero necesitamos certidumbre para hacerlo”, enfatizó su presidente. RTP

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Biotecnología: Soya intacta puede generar $us 3.500 MM para el país y el maíz BT convertirla en exportador, según la UAGRM

Un estudio presentado por la Facultad de Ciencias Agrícolas (FCA) de la Universidad Gabriel René Moreno (Uagrm) reveló que con la introducción de la soya Intacta (RR+Bt), el aumento del rendimiento agrícola puede traducirse en un excedente de más de 5,4 millones de toneladas métricas (TM) para 2030, cuyo valor de exportación llegaría a 3.500 millones de dólares. Mientras que, la aprobación del maíz BT puede lograr un superávit de 3,4 millones de TM para 2030, con lo que Bolivia se convertiría en un exportador neto. El decano de la FCA, Luis Llanos, afirmó que los beneficios económicos, productivos, ambientales y de sostenibilidad, que el uso de la soya Intacta podría traer al país tienen potencial para revolucionar el sector agrícola y fortalecer la seguridad alimentaria nacional. Durante su exposición, el académico dijo también que en el estudio, realizado con un enfoque de protección al medioambiente, también calculó que la reducción en el uso de pesticidas para la soya Intacta evitaría la aplicación de más de 1,8 millones de litros anuales de agroquímicos en Bolivia. La investigación se da a conocer justo cuando los productores de Santa Cruz, el departamento que alberga el 97% de la producción de soya y el 49% de maíz, atraviesan la mayor sequía registrada en los últimos 30 años. La situación, que ha resultado en una caída del 30% en la producción de soya de verano y del 70%, en los cultivos de invierno como el maíz, el trigo, el girasol, el sorgo y la chía, se agrava frente a un escenario de crisis climática. Ante ese panorama, el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Fernando Romero, manifestó que el estudio presentado por la FCA de la Uagrm demuestra que la adopción de la soya con tecnología Intacta no sólo puede beneficiar económicamente al sector agrícola, sino también a la sostenibilidad y protección del medioambiente. La producción de soya es crucial para garantizar la seguridad alimentaria en Bolivia, pues su cultivo e ingresos generados por exportación permiten la sostenibilidad de la producción de otros granos como el trigo, el girasol y el sorgo. La investigación de la universidad apunta que el uso de la soya Intacta podría incrementar el rendimiento agrícola de las 2,57 toneladas por hectárea (t/ha) que producen actualmente con soya RR, a 3,29 t/ha, “siempre y cuando esta tecnología sea acompañada de genética adaptada a nuestras condiciones de suelo y ambiente”, señaló Llanos. El estudio proyecta que para 2030 la demanda nacional será de 955.276 TM, mientras que la producción con soya RR (que se usa hoy en día) alcanzará 3.770.299 TM. Es así que, de adoptarse la soya Intacta, la demanda interna sería cubierta con solo el 15% de la producción puesto que habría un excedente de 5.442.729 TM, cuyo valor de exportación llegaría a 3.500 millones de dólares en divisas para el país. En el caso del maíz RR+Bt puede incrementar el rendimiento de maíz amarillo duro hasta 5,34 t/ha, acompañado de buenas prácticas agrícolas. Este aumento en el rendimiento es clave para mejorar la productividad y la eficiencia del sector agrícola. Actualmente, se proyecta que Bolivia enfrentará un déficit de 318.837 toneladas de maíz amarillo duro en 2030. De acuerdo con el estudio de la FCA de la UAGRM, la aprobación del maíz RR+Bt podría revertir esta situación, a tal punto que Bolivia pasaría de ser importador a contar con un superávit de 1.333.778 toneladas para 2030, transformando al país en un exportador neto. Esto impactaría positivamente en la seguridad alimentaria del país. (Eju.tv)

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Expertos advierten que el fenómeno de “El Niño” puede generar grandes perdidas y poner en riesgo la producción agrícola y el crecimiento económico del país.

Hace algunos días la ONU lanzo una alerta global e insto a los gobiernos a tomar medidas para reducir los impactos asociados a las altas temperaturas ocasionadas por el fenómeno de “El Niño” que este año está de regreso y tendrá características más intensas y prolongadas. Por un lado lluvias e inundaciones y por el otro sequias y calor extremo, esta vez El Niño traerá serios impactos a nivel mundial. En Bolivia uno de los sectores más afectados, será la producción agrícola a pequeña y gran escala donde se prevén grandes pérdidas. Un estudio de la Universidad de Darmouth en Estados Unidos revela que El Niño puede generar pérdidas que superen los 340 mil millones de dólares en la región. Y si tomamos en cuenta que el recurso hídrico será el más afectado las pérdidas podrían duplicarse. En Bolivia el 80% del agua se destina a la agricultura principalmente en la agroindustria. Frente a este panorama el Viceministro de Medio Ambiente y Agua, Magín Herrera, informo que el Gobierno trabaja en coordinación con municipios y gobernaciones para mitigar los efectos del fenómeno de “El Niño”. Los expertos consideran que el panorama puede ser aún mucho más complicado el siguiente año y para hacerle frente, es necesario generar políticas desde todos los sectores a fin de mitigar y disminuir los efectos del fenómeno de “El Niño. POR ÁNGEL LOZANO

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