
Sí, pero con condiciones. Esta fue la respuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, a la propuesta de su homólogo estadounidense, Donald Trump, de poner en pausa la guerra en Ucrania durante 30 días.
Algunas de ellas: que la tregua sirva para allanar el camino hacia una paz duradera y que Ucrania no la utilice para rearmarse, que existan negociaciones dedicadas a las causas profundas del conflicto, y que sus fuerzas tengan éxito en la expulsión de las tropas ucranianas de la región fronteriza de Kursk.
“Estamos de acuerdo con las propuestas de cese de hostilidades”, declaró Putin a periodistas en una conferencia de prensa en el Kremlin tras reunirse este jueves 13 de marzo con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko.
Durante la conferencia, Putin elogió a las tropas que han logrado rápidos avances en Kursk en los últimos días, antes de declarar que “en función de cómo evolucione la situación sobre el terreno, acordaremos los próximos pasos para poner fin al conflicto y alcanzar acuerdos aceptables para todos”.
Kursk ha sido escenario de cruentos combates después de haber caído en manos de las tropas ucranianas tras una sorpresiva incursión en agosto del 2024. Desde entonces, se ha convertido en una de las pocas cartas del juego a favor de Kiev para negociar territorio con Moscú, que a su vez dice haber recuperado una buena porción de esta región, incluyendo a la ciudad clave de Sudzha.
(FRANCE 24)