La segunda mayor economía del mundo está en deflación tras la caída de precios de consumo debido a una lenta demanda, sumado a la incertidumbre inmobiliaria y por las secuelas económicas del COVID-19, explica el analista en temas financieros Jaime Dunn.
“China todavía está sufriendo un COVID económico por las medidas severas que asumió. Eso ha hecho que haya una desaceleración muy grande. Ha perseguido al sector privado, mucha inversión extranjera ha salido ya que el 56 por ciento de sus exportaciones son de esas factorías. La demanda interna está muy debilitada”.
Dunn dijo que la crisis del sector inmobiliario también afecta el crecimiento de China. ” 30 por ciento del Producto Interno Bruto depende del sector inmobiliario, por eso afecta al crecimiento chino, la hace vulnerable. No olvidemos que Country Garden no pudo resolver el problema inmobiliario que dejó Evergrande. El tema puede volverse mucho más complejo”.
Dunn acotó que la desaceleración de la economía de China afectará a Bolivia por la baja de los precios de las materias primas.
El índice de precios al productor (IPP) cayó por noveno mes consecutivo en junio, un 5,4% respecto al año anterior, informó el lunes la Oficina Nacional de Estadísticas, el descenso más pronunciado desde diciembre de 2015. Esta cifra contrasta con el descenso del 4,6% del mes anterior, según datos de Reuters.
China aseguró hoy que “no hay riesgos de deflación” en el país “ni ahora ni en el futuro” tras anunciar la semana pasada que el índice de precios al consumidor (IPC) entró en terreno negativo al caer un 0,3% interanual en julio.
“No hay riesgos de deflación en China ni ahora ni en el futuro”, indicó este martes el portavoz de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) Fu Linghui, quien sin embargo reconoció que la recuperación económica del país “afronta varios desafíos”.
Con datos de RTP Mundo y Reuters
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