
El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, advirtió que un incremento salarial superior al 10% podría generar desajustes en las empresas, mayor gasto corriente para el Estado y un incremento en la inflación.
Bolivia cerró el 2024 con una inflación acumulada del 9,97 %, la más alta desde 2008, cuando alcanzó el 11,8 %. Los expertos advierten que este fenómeno no se veía desde 2010, cuando la inflación superó el crecimiento económico.
“El incremento salarial debe analizarse con cautela, ya que un alza desmedida puede encarecer productos y afectar la estabilidad de las empresas”, señaló Romero.
Para mitigar estos efectos, propuso un aumento máximo del 5 %, ajustes diferenciados por regiones o sectores, o un incremento escalonado, donde los trabajadores con menores ingresos reciban un mayor ajuste.
Además, enfatizó la importancia de una reunión tripartita entre empresarios, el Gobierno y los trabajadores para definir una política salarial sostenible y equilibrada.
WILMA CATARI
PERIODISTA DEL SISTEMA RTP