
El Estado boliviano recurrirá al uso de criptomonedas, específicamente USDT, para importar combustible. Según el analista económico Alberto Bonadona, esta medida podría facilitar el acceso a dólares y ayudar a enfrentar la escasez de divisas que vive el país. Sin embargo, advierte que esta estrategia podría traducirse en un aumento en los precios de los combustibles en el mercado interno.
El proceso es completamente digital: los bolivianos se convierten en USDT, una moneda virtual que permite adquirir dólares. Luego, esos dólares son depositados en cuentas en el exterior para pagar a los proveedores de diésel y gasolina.
“Estas transacciones se realizan en plataformas virtuales, sin papeles ni billetes. Todo ocurre en el espacio cibernético, por lo que es fundamental operar con intermediarios confiables”, explicó Bonadona.
El analista alertó que el uso de criptomonedas implica ciertos riesgos si no se implementan controles adecuados. Además, prevé que tanto la gasolina como el diésel se comercializarán en Bolivia a precios internacionales. Esto podría significar que el litro de combustible suba a 12 bolivianos, equiparándose al valor del mercado global.
Si el Estado decide eliminar gradualmente la subvención a los combustibles, también podría generarse un incremento en los pasajes del transporte público. Ante este escenario, Bonadona sugiere que el Gobierno otorgue bonos o ayudas directas a los sectores más vulnerables para mitigar el impacto social.
El economista también recomendó buscar financiamiento internacional para fortalecer la economía boliviana. Calcula que el país necesita al menos 9.000 millones de dólares para reactivar la producción, pagar deudas pendientes y restituir las reservas internacionales.
“El uso de criptomonedas para importar combustible abre una puerta para acceder a divisas, pero también plantea desafíos y riesgos para la economía nacional. El Gobierno deberá tomar decisiones clave para evitar una crisis mayor”, concluyó Bonadona.
WILMA CATARI
PERIODISTA DEL SISTEMA RTP