Miguel Escobari, ingeniero ambiental de 68 años, fue abandonado a su suerte por su familia y ahora se ve obligado a dormir en vía pública, enfrentando las inclemencias del tiempo.
La Plaza Humboldt de La Paz se ha convertido en su hogar. Aunque recibe ayuda alimentaria de personas de buen corazón, no es suficiente, ya que requiere atención permanente adaptada a sus necesidades específicas.
Lo encontramos temblando, afectado por la lluvia reciente que lo dejó empapado. Sus pocas pertenencias estaban expuestas, buscando secarse bajo los finos rayos del sol que asomaban tímidamente en el lugar.
Los vecinos explican que, a pesar de contar con una sólida formación profesional, se encuentra en esta situación debido a problemas familiares que lo dejaron sin recursos. Quizás el punto de quiebre para llegar a este extremo fue la pérdida de su esposa a causa de una enfermedad terminal.
(RTP)
