Todavía queda en el recuerdo de los paceños, la crisis del agua en 2016, pasaron más de 7 años y el fantasma de la escasez de agua amenaza nuevamente a la ciudad de La Paz. Según datos del Instituto de Hidráulica e Hidrología de la UMSA se están dando las condiciones para una crisis hídrica con similares características que ponen en riesgo el suministro de agua potable en La Paz.
Según los especialistas y sin el ánimo de alarmar, si los paceños no queremos repetir la tragedia del 2016, se debe trabajar desde ahora en generar planes de contingencia y políticas de concientización que permitan un uso eficiente del agua.
Pero los efectos por la escasez de agua, no solo se limitan al suministro de agua, sino que van más allá porque amenazan también la salud de las personas, la producción de alimentos y la economía de la región. En tal sentido se debe plantear a mediano plazo una gestión óptima del agua
El agua que nos queda, una reflexión que nos debe motivar como sociedad, para asumir conciencia sobre la importancia de la preservación del agua. Esta problemática fue debatida en un simposio donde participaron expertos en temas relacionados a la crisis hídrica en el mundo.
POR ÁNGEL LOZANO VARGAS