
La división del movimiento cocalero reveló el profundo nivel de división por el que atraviesa nuestro país. La fragmentación se da en diferentes ámbitos pero en el sistema político es donde genera mayor repercusión.
Las elecciones generales pusieron de manifiesto las verdaderas intenciones de los partidos políticos y sus candidatos. Solo así se explica que un solo partido pueda tener hasta tres candidatos como es el caso del MAS, donde arcistas, evistas y androniquistas luchan por obtener el voto de la gente.
El escenario de fragmentación también se trasladó a la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde se registró un desbande en asambleístas de oficialismo y oposición, quienes están más ocupados en sus afanes electorales olvidando sus responsabilidades parlamentarias.
Pero ahí no queda la cosa, los concejos municipales de las principales ciudades como Santa Cruz y La Paz también se encuentran fracturados, a esto se suma las organizaciones sociales con sus paralelismos poniendo en evidencia que las ideologías han quedado atrás y la mayoría de los políticos anteponen sus intereses personales que a los de su partido.
El desafío está en manos de los próximos gobernantes para generar cambios estructurales que nos permita poner fin a esta división en la sociedad.
ÁNGEL LOZANO
PERIODISTA DEL SISTEMA RTP