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El juez Juan Merchan ha decidido este viernes retrasar la sentencia contra Donald Trump por el caso Stormy Daniels, en el que fue declarado culpable de 34 delitos, convirtiéndose en el primer expresidente delincuente, con la particularidad de que además compite como candidato con opciones de regresar a la Casa Blanca. Merchan aplaza su fallo, que estaba agendado para el 18 de septiembre, hasta después de las elecciones, en lo que es una gran victoria para el candidato republicano. Los juicios de los otros tres casos por los que está imputado han quedado también para después de las elecciones, si es que llegan a celebrarse. Los votantes irán a las urnas sin saber si votan por un candidato que puede acabar en la cárcel.
Trump fue condenado por falsedades en facturas, cheques y apuntes contables para ocultar pagos de 130.000 dólares a la actriz de cine porno Stormy Daniels —para que guardase silencio y no perjudicase sus opciones electorales en las presidenciales de 2016—. La falsificación de registros comerciales se castiga con hasta cuatro años de cárcel, aunque las penas por cada uno de los delitos se pueden cumplir de forma simultánea. En casos como el de Trump es poco probable que tenga que ingresar en prisión, aunque no está descartado. Lo habitual es que el condenado quede en libertad condicional o reciba una multa.
El juez ya aplazó una vez la sentencia, inicialmente prevista para el 11 de julio. Tras el fallo del Tribunal Supremo de hace dos meses que concedió una amplia inmunidad penal a los presidentes por sus actos oficiales, el juez Merchan dio plazo a las partes para presentar sus alegaciones y había fijado provisionalmente como nueva fecha para la condena el 18 de septiembre y para pronunciarse sobre la inmunidad, el 16 de septiembre.
Trump pidió que la sentencia se retrasase hasta después de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, alegando que un fallo a solo unas semanas de la votación sería una forma de interferencia electoral. Ahora, el juez accede a su solicitud y fija como nueva fecha el 26 de noviembre, abriendo un debate sobre si se ha dado un trato de favor a Trump o si se le ha tratado como a cualquier otro delincuente.
La anterior maniobra de Donald Trump de dilatar aún más el caso fracasó el martes. La defensa del expresidente solicitó a un juzgado federal que se hiciera cargo del caso, lo que habría extendido el proceso de forma indefinida y evitado una sentencia antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. El juez Alvin Hellerstein, sin embargo, rechazó tener competencia sobre el caso en una contundente resolución de cuatro páginas.
Trump quería que se trasladase el caso a un tribunal federal precisamente para poder solicitar la anulación del veredicto y el sobreseimiento del caso a raíz de la sentencia del Supremo del pasado 1 de julio. “Nada en la sentencia del Tribunal Supremo afecta a mi conclusión previa de que los pagos de dinero por silencio eran actos privados, no oficiales, fuera de los límites de la autoridad ejecutiva”, dijo su resolución.
El jueves, en el caso de Washington en que se acusa a Trump de cuatro delitos por intentar interferir en el resultado de las elecciones de 2020, que perdió contra Joe Biden, la jueza Tanya Chutkan dictó una orden de dos páginas con el calendario de los próximos pasos. No habrá juicio antes de las elecciones, pero el fiscal podrá presentar ya en septiembre nuevas pruebas y documentos en apoyo de sus acusaciones, incluidas transcripciones de declaraciones ante el gran jurado que decidió imputar a Trump. Esas pruebas, algunas de ellas nunca vistas, sí estarán, por tanto, disponibles antes de que los votantes acudan a las urnas.
Abusos sexuales
En su apretada agenda judicial, Donald Trump ha acudido este viernes a otro juzgado de Nueva York para recurrir contra el fallo del jurado que le consideró responsable de abuso sexual y difamación en una demanda civil presentada por la escritora E. Jean Carroll. El jurado condenó a Trump a pagar cinco millones de dólares a la víctima. En otra demanda posterior de Carroll por difamación, otro jurado le condenó a pagar 83 millones de dólares más.
La comitiva de Trump ha sido recibida ante el juzgado por manifestantes que llevaban pancartas en que le acusaban de “culpable”, “violador”, “delincuente” y “psicópata”, entre otras.
Ante el Tribunal de Apelaciones, el abogado de Trump, John Sauer, ha alegado que el juicio se vio contaminado por pruebas inapropiadas. “Este caso es un ejemplo de libro de texto de acusaciones inverosímiles apuntaladas por pruebas altamente incendiarias e inadmisibles”, ha dicho, según recoge AP, señalando que al jurado se le permitió considerar elementos tales como la infame cinta del programa Access Hollywood en la que Trump se jactó hace años de agarrar los genitales de las mujeres.
Los abogados de Trump también sostienen que debe celebrarse un nuevo juicio en parte porque el juez de primera instancia, Lewis A. Kaplan, permitió —a su juicio indebidamente— que otras dos mujeres testificaran sobre actos similares de abuso sexual que dicen que Trump cometió contra ellas en la década de 1970 y en 2005.
Carroll contó en su libro ¿Para qué necesitamos a los hombres? Una humilde propuesta que Trump la había violado en los probadores de unos grandes almacenes de lujo de Manhattan en 1995 o 1996. Por entonces, Carroll presentaba el programa televisivo Pregúntele a E. Jean, inspirado en su famosa columna de la revista Elle, un exitoso consultorio sexual y sentimental.
En su libro, Carroll contó que se encontró casualmente con Trump en los grandes almacenes Bergdorf Goodman de Nueva York y él le pidió ayuda para buscar un regalo para una mujer. La columnista aseguró que Trump la llevó primero a la sección de bolsos, luego a la de sombreros y finalmente a la de lencería. Según su relato, Trump agarró un body de color lila grisáceo, le pidió a ella que se lo probase y la acompañó. “En el momento en que la puerta del probador está cerrada, se abalanza sobre mí, me empuja contra la pared, golpeando mi cabeza bastante fuerte, y pone su boca contra mis labios. Estoy tan estupefacta que le empujo de vuelta y me empiezo a reír. Él me agarra los dos brazos, me sujeta contra la pared con sus hombros, mete a la fuerza sus manos bajo mi vestido y me baja las medias. Estoy asombrada por lo que voy a escribir: yo sigo riéndome. Al momento siguiente (…) se baja la bragueta y, forzando sus dedos por mi parte privada, empuja su pene dentro de mí hasta la mitad, o completamente, no estoy segura”. Tras una lucha entre ambos, logró escapar y salir corriendo, relató.
El jurado no consideró probado que hubo violación, pero sí abusos. Carroll, de 80 años, declaró en el juicio, pero Trump prefirió no someterse a las preguntas de los abogados. Este viernes, ambos han acudido a la vista ante el Tribunal de Apelaciones. No era necesario que el expresidente estuviese en el tribunal, pero ha aprovechado para presentarse como un mártir víctima de una persecución política en una comparecencia posterior.
Trump ha calificado el fallo inicial del tribunal de “ridículo”, como había hecho muchas veces. También ha dicho que nunca se había encontrado con Carroll y que no sabe ni quién es, aunque luego ha reconocido que aparecen juntos en una foto, a la que ha restado importancia. Asimismo, ha hecho referencia a otros casos y ha dicho que los jueces son muy “hostiles” con él. No se espera una decisión sobre este recurso para antes de las elecciones.
(EL PAÍS)