Joel S. P. G. detalló, más de una vez, de forma sencilla y cronológica lo que pasó aquel sábado cuando su pareja, Odalys Vaquiata Quispe, desapareció sin dejar rastros, luego de que, supuestamente, bajara de su vehículo en medio del camino, entre las poblaciones de Unduavi y Yolosita, en el ingreso a los Yungas, en el departamento de La Paz. El relato del joven de 25 años, el mismo hecho de la desaparición de Odalys, las contradicciones en su versión, halladas por la Policía, derivaron en la aplicación de medidas cautelares para él, quien, aunque continúa declarándose inocente, vierte dudas sobre su actuación en el destino de la desaparecida. En sus declaraciones, Joel se refirió a Odalys como una persona que se inclina por acudir a fiestas, es celosa y tiene actitudes repentinas, como cuando, según su versión, decidió salir del auto en plena carretera. De acuerdo con su versión, desde el momento en que vio por última vez a su enamorada, en las horas posteriores que duró su búsqueda logró recorrer de ida y vuelta el camino a Yungas, afortunadamente sin contratiempos, pese a admitir haber manejado en estado de ebriedad, y, además, consiguió el consejo particular de un policía para iniciar la búsqueda y hacer la denuncia sobre la persona desaparecida. En la investigación ya cuenta con testigos que avalan su versión. Emprendedor e impulsivo “Mi hijo es un joven tranquilo, estudiante, emprendedor…” aseguró la médica Betty G., madre de Joel, en la única entrevista que dio sobre el caso a la comunicadora Melania Torrico. Mientras describió con cariño el perfil de su hijo, también negó las acusaciones que la familia Vaquiata ha lanzado, las que señalan a la madre, a su esposo y al teniente de la Policía José María A., como cómplices de la desaparición de Odalys y de desviar el curso de la investigación. Al ser consultada sobre el delito por el que fue imputado su hijo, que es trata y tráfico de personas, Betty G. responde: “Lo conozco, no, no creo que él haya traficado con la señorita, porque la amaba; él la ama, hacía todo por complacerla (…) desde pequeño hasta hoy él es un caballero, cariñoso, hogareño, ayuda con los quehaceres de la casa y cumple como estudiante”. La doctora Betty G. lamentó la situación en la que Mabel Quispe, madre de Odalys, se encuentra por la desaparición de la joven. Aseguró que siente empatía por el dolor de Quispe y dijo que desea que la joven aparezca con vida. El 8 de abril, nueve días después de la desaparición de Odalys, la comunicadora Torrico publicó el audio de la entrevista que hizo a Joel al interior del centro de rehabilitación juvenil Qalauma, en la ciudad de Viacha, donde guardaba detención como sospechoso. El hecho causó sorpresa y varias críticas, no tanto por la extensa versión que dio el investigado, sino, debido a que se conoce que Régimen Penitenciario y el Ministerio de Gobierno no darían semejantes facilidades a un periodista de un medio independiente, por una serie de impedimentos legales, que, en este caso, se pasaron por alto. En el audio de 59 minutos, Joel dio la versión de un viaje bien planificado con Odalys hacia Tocaña. Contó pormenores de la relación de ocho meses que tenía con la joven, con la que había realizado otros cuatro viajes. Se describió a sí mismo como una persona sentimental e impulsiva y que luego de las discusiones que tenían, él era quien cedía y pedía disculpas para lograr la reconciliación; además, remarcó que era incapaz de agredir a su pareja. Fue durante esa entrevista que reveló detalles que supuestamente lo absolvían de culpa por la desaparición de la mujer, aquel sábado 30 de marzo. Sin embargo, para la familia Vaquiata, esta nueva declaración pública muestra más “imprecisiones” y en especial en relación con lo que prefirió callar en esa entrevista y ante la Policía, sobre por qué asumió de esa forma la búsqueda que se hizo en las primeras 24 horas. Joel afirma que sus recuerdos son claros hasta las 16.30, hora en la que habrían iniciado sus lagunas mentales, hasta las 20.30 de ese sábado, producto, en parte, de las cervezas y del “matanegros”, las jarras de cóctel que Odalys habría comprado en Tocaña, mientras disfrutaban de la saya afroboliviana. Dijo que, sin almorzar, la pareja inició el consumo de diferentes bebidas a las 13.30. El hombre afirmó que Odalys y él se separaron por primera vez en esa población, luego de que Odalys se molestara porque supuestamente él miró a otro grupo de mujeres en la piscina del lugar, en la que ella se negó a nadar porque estaba en el ciclo menstrual. “Ahí me dejó con mi maletín y yo me quedé a dormir en el pasto”, sostuvo Joel. Sus recuerdos Basado en el registro de llamadas, afirma que tuvo tres contactos con Odalys, quien lo llamó para pedirle ayuda: “Mi amor, más abajo (en el camino a Tocaña) me he encunetado, ven a ayudarme”, afirma que fueron las palabras de Odalys. Joel sostiene que al llegar al lugar, caminando, donde el vehículo estaba plantado, su pareja ya recibía ayuda de un “pueblerino”, quien, junto a su mujer y su hija, pasaba por el lugar, aunque no dio detalles de cómo se solucionó el problema. Durante ese lapso dijo que lo atacó otra laguna mental, pues afirmó que, sin saber cómo, él regresó a la piscina de Tocaña, de lo cual hay un testigo, y que ofreció 100 bolivianos para que lo lleven a La Paz. Una nueva laguna y sin saber cómo, solo recuerda que luego apareció junto a Odalys en Yolosita. “Yo pienso, me da en el corazón que sigue viva, todavía (…) el momento que nos peleamos tengo un recuerdo, nos hemos visto a las 18:30 en Yolosita, a las 18:45 ya hemos partido a La Paz. Estábamos los dos juntos (en el auto de Odalys), claro, seguíamos mareados”, aseveró. Según sus recuerdos “borrosos”, una hora