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Kamala Harris

Harris reconoce la victoria de Trump en las elecciones de los Estados Unidos: “No es el resultado que queríamos, pero lo respetamos”

La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris,reconoció este miércoles su derrota en las elecciones presidenciales. “El resultado no es el que quisimos ni por el que trabajamos ni por el que votamos, pero la luz del Estados Unidos prometido volverá mientras sigamos trabajando y sigamos luchando”, apuntó la candidata demócrata en su discurso de reconocimiento de la victoria de Donald Trump. Harris aseguró que se debe “aceptar los resultados de estas elecciones” porque “un principio democrático es que cuando perdemos unas elecciones hay que reconocerlo”, y subrayó que trabajará para “una transición pacífica de poder”. “Hoy temprano hablé con el presidente electo Trump y lo felicité por su victoria”, dijo en la Universidad Howard en Washington. “También le dije que le ayudaremos a él y a su equipo con la transición y que participaremos en un traspaso pacífico del poder”, indicó. (DW)

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Estados Unidos: Trump descarta un nuevo debate tras su derrota contra Harris

Kamala Harris derrotó a Donald Trump en el debate del pasado martes en Filadelfia. Hay práctica unanimidad en eso tanto en las encuestas como entre los expertos. La euforia contenida se ha apoderado de los demócratas, mientras que contra Trump se han alzado algunas voces críticas,” incluso dentro de su partido. Hay una persona, sin embargo, que insiste en que ganó Trump: él mismo. El expresidente, que tampoco admite que perdió las elecciones de 2020, ha anunciado este jueves a través de su red social, Truth, que no habrá un nuevo cara a cara contra Harris. “¡NO HABRÁ TERCER DEBATE!”, ha tuiteado con mayúsculas. Un nuevo debate sería el segundo enfrentamiento con Harris, pero el tercer duelo por la presidencia de esta campaña si se tiene en cuenta el que le enfrentó con Joe Biden el pasado 27 de junio en Atlanta (Georgia). Mientras, Kamala Harris, en Carolina del Norte, donde daba su primer mitin tras el duelo con Trump, ha dicho: “Creo que les debemos a los votantes otro debate”. Trump se ha extendido en su red social, aunque recurriendo a falsedades como argumento. “Cuando un boxeador pierde un combate, las primeras palabras que salen de su boca son: ‘QUIERO UNA REVANCHA’. Las encuestas muestran claramente que gané el Debate contra la Camarada Kamala Harris, la Candidata de la Izquierda Radical de los Demócratas, el martes por la noche, y ella inmediatamente pidió un Segundo Debate”, ha escrito, aunque las encuestas dicen todo lo contrario. Hay unanimidad en los sondeos relámpago mínimamente serios que se realizaron. La encuesta de CNN/SSRS dio ganadora a Harris, según el 63%, frente a un 37% de Donald Trump. La de SoCal Strategies/On Point Politics/Red Eagle Politics, financiada por los republicanos, redujo la ventaja a un 53%-34%. La de YouGov tuvo como resultado un 54%-31%, siempre a favor de la candidata demócrata, que de media ganó por una diferencia de 23 puntos, pese a la insistencia de Trump en lo contrario, que ya ha sido parodiada por los humoristas. Kamala Harris acorraló a su rival, le puso a la defensiva, colocó sus mensajes y ejerció de fiscal bien entrenada que sometió a sus acusaciones a un rival que mordió todos sus anzuelos. Atacar su ego se convirtió en una fórmula mágica para descentrarle. Sin embargo, el efecto que todo eso tenga sobre los votantes es mucho más incierto. “Bajo las luces brillantes, el pueblo estadounidense pudo ver la elección a la que se enfrentará este otoño en las urnas: entre avanzar con Kamala Harris o retroceder con Trump”, dijo en un comunicado la presidenta de la campaña de Harris, Jen O’Malley Dillon, tras el debate. “Eso es lo que han visto esta noche y lo que deberían ver en un segundo debate en octubre. La vicepresidenta Harris está preparada para un segundo debate. ¿Lo está Donald Trump?”, añadió. Trump, por su parte, ha ido escurriendo el bulto durante dos días hasta su negativa firme. El propio martes, en su aparición sorpresa en el recinto donde estaba la prensa, ya sostuvo que Harris quería volver a debatir porque salió derrotada. Insistió en la misma idea el miércoles en una entrevista en Fox News. “Cuando un boxeador pierde, dice: ‘Quiero la revancha’. Yo no sé si quiero hacer otro debate”, dijo. Ahora, de nuevo con ese argumento, rechaza el tercer debate. El expresidente se quejó de que los moderadores de ABC News, Linsey Davis y David Muir, habían sido “muy injustos”. En Atlanta, Trump felicitó a los presentadores de la CNN. En Filadelfia, protestó diciendo que había sido un debate de “tres contra uno”. El equipo que gana no se suele quejar del árbitro. Solo queda pendiente el debate entre los candidatos a vicepresidente, Tim Walz por parte de los demócratas y J. D. Vance por los republicanos. Se celebrará el próximo 1 de octubre en Nueva York, producido y retransmitido por la CBS. En las elecciones de 2020 hubo dos cara a cara entre Trump y Biden. En las de 2016, tres duelos enfrentaron al propio Trump y a Hillary Clinton. Esta se cierra con dos debates. El primero pasará a la historia por haber conducido a la retirada de Joe Biden de la carrera por la reelección. El segundo, el celebrado el martes, será el único mantenido por quien llegue a la Casa Blanca tras las elecciones del 5 de noviembre. La campaña de Harris se ha apuntado también otro éxito, esta vez en la caja registradora. Las donaciones en las 24 horas posteriores al debate alcanzaron los 47 millones de dólares (unos 42,5 millones de euros). Los demócratas están aprovechando fragmentos del debate para lanzar anuncios de su candidata. (EL PAÍS)

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“La esperanza está de vuelta”: Barack y Michelle Obama invisten a Kamala Harris como su heredera política

“Estados Unidos está listo para un nuevo capítulo. Estados Unidos está listo para una historia mejor. Estamos listos para una presidenta Kamala Harris”, dijo él. “¡La esperanza está de vuelta!”, proclamó ella. En sus discursos de cierre de la segunda jornada de la convención nacional demócrata, Barack Obama, el primer presidente negro de EE UU, y su esposa, Michelle, han investido este martes como la heredera de su legado político a la candidata demócrata, que puede convertirse en la primera presidenta mujer, negra y de origen indio en las elecciones del próximo noviembre. Con la elevada oratoria que es su marca de la casa, el expresidente y líder espiritual de los demócratas ha lanzado un llamamiento a la unidad, entre las generaciones y entre las ideologías. Un llamamiento dirigido no solo a los 4.500 delegados demócratas que momentos antes habían ratificado en una votación ceremonial el nombramiento de Harris como candidata, y que le escuchaban entregados con vítores, gritos de “Sí, se puede” (su viejo lema de campaña). Como hizo en la campaña de 2008 que le llevó a la Casa Blanca, Obama apelaba sobre todo a los espectadores más allá del United Center, a quienes no están dispuestos a escuchar de primeras su mensaje, a los que no están convencidos por Harris. A “demócratas, republicanos y los que estén en algún punto intermedio”. “La mayoría de nosotros no quiere vivir en un país amargado y dividido. Queremos algo mejor. Queremos ser mejores. Y la alegría y la ilusión que vemos en torno a esta campaña nos dice que no somos los únicos”, arengaba el expresidente, en una convención que trata de conjurar el espíritu de optimismo y esperanza en el futuro que convirtió aquella campaña de Obama en un fenómeno político. Las palabras conciliatorias del expresidente no se extendieron hacia el candidato republicano, Donald Trump, contra quien lanzó una multitud de dardos retóricos. Algunos en forma de pullas: “Es un tipo cuyo teatro ya se ha vuelto bastante cansino. No necesitamos cuatro años más de griterío y caos. Ya hemos visto esa película y todos sabemos que las secuelas normalmente son peores”. Otros, muy serios: “Donald Trump ve el poder como nada más que un medio para conseguir sus fines”. Por contra: ”Juntos, Kamala y Tim (Walz, su compañero de fórmula electoral) han mantenido la fe en la historia fundamental de EE UU. Una historia que dice que todos hemos sido creados iguales, que todo el mundo merece una oportunidad y que, incluso cuando no estamos de acuerdo los unos con los otros, podemos encontrar una manera de convivir”. “Trabajos de negros” Como su marido, Michelle Obama dibujó un contraste radical entre la candidata demócrata y Trump. En términos muy personales: el magnate inmobiliario fue en 2011 el gran promotor del bulo que negaba que Barack Obama hubiera nacido en EE UU y, por tanto, pudiera ser su presidente legítimo. La esposa del expresidente señaló: “Durante años, Donald Trump hizo todo lo que estuvo en su mano para intentar que la gente nos temiera”, dijo. “Su limitada y estrecha visión del mundo le hizo sentirse amenazado por la existencia de dos personas trabajadoras, altamente educadas y exitosas que resultan ser negras”. Michelle Obama se burló de Trump al aludir al mensaje que el candidato republicano lanzó durante su debate con Biden, cuando dijo que los migrantes que cruzan a EE UU están arrebatando “empleos negros” a los afroamericanos. La ex primera dama desató las risas y los aplausos del público cuando preguntó: “¿Quién le va a decir [a Trump] que el trabajo que busca actualmente podría ser uno de esos ‘trabajos de negros’?”, en alusión a la presidencia del país. Michelle Obama ensalzó la figura de Harris: “Hemos visto su espina de hierro, la firmeza de su crianza, la honestidad de su ejemplo, y la alegría de su risa y de su luz”. El discurso de Barack Obama, en la ciudad donde vivió durante años y el Estado desde el que lanzó su carrera política, tenía un simbolismo especial. Hace precisamente 20 años, el expresidente demócrata comparecía por primera vez en otra convención nacional demócrata, la que se reunía en Boston en 2004 para nombrar candidato presidencial a John Kerry. Su “No hay una América republicana. No hay una América demócrata. Hay unos Estados Unidos de América” conmovió a todo el país y lanzó al estrellato político a aquel joven legislador estatal de Illinois, hasta entonces casi completamente desconocido. Sin Obama, la actual candidatura de Harris no habría sido posible. No solamente él abrió el camino como primer presidente no blanco de EE UU. El expresidente fue uno de los notables demócratas que este julio presionó para convencer al presidente Joe Biden de que cediera la candidatura a su compañera de fórmula. La campaña de Harris guarda más de una similitud, y más de dos, a la que llevó a Obama a la Casa Blanca en 2008. El que fue jefe de estrategia en aquella batalla por la presidencia, David Plouffe, se ha incorporado al equipo de la candidata. Si la campaña de entonces utilizó de forma magistral las nacientes redes sociales y las bases de datos para llegar al máximo número de votantes, ante una audiencia mucho más fragmentada que la de aquella época, la vicepresidenta ha convertido en prioridad el recurrir a los influencers y creadores de contenido, en utilizar TikTok, Instagram, YouTube. Sus lemas, como los de Obama, son cortos, difíciles de olvidar y optimistas. Incluso el artista, Shepard Fairey, que convirtió al candidato negro en un icono cultural con su retrato “Hope” (”Esperanza”), ha creado una imagen similar para Harris, ahora con el título “Forward” (”Adelante”). La relación entre el expresidente y la candidata se remonta a casi dos décadas atrás, cuando Obama decidió lanzarse al ruedo electoral presidencial con el mero bagaje de apenas dos años de experiencia en el Capitolio, una oratoria ciceroniana y un lema de esperanza: “Sí, se puede”, para medirse contra quien entonces contaba con el apoyo casi en pleno de las jerarquías del partido y

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Estados Unidos: Biden pide el voto para Kamala Harris para derrotar a Trump y “preservar la democracia”

Un emocionado Joe Biden hizo de tripas corazón este lunes para dar todo su apoyo a Kamala Harris para sucederle en la presidencia de Estados Unidos. Hace un mes, Biden aún peleaba por ser él mismo el candidato demócrata a la reelección. Tras tirar la toalla en un ejercicio de realismo ante las presiones del partido y de la opinión pública, Biden se vuelca ahora en evitar que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. Pidió el voto a Kamala Harris para “preservar la democracia”. El presidente recibió todo el cariño del partido en la primera jornada de la Convención Nacional Demócrata, que se celebra en Chicago, con una audiencia más entregada que nunca, en un discurso que sirvió de agridulce despedida y de testamento político. “América, te di lo mejor de mí. He cometido un montón de errores en mi carrera, pero os di lo mejor de mí”, afirmó el presidente. Tras ser presentado por su hija, Biden tardó casi cinco minutos en poder empezar su intervención, pues se lo impedían los aplausos y los cánticos de los asistentes: “Te queremos, Joe”, “Gracias, Joe”, coreaban los miles de delegados e invitados que abarrotaban el United Center de Chicago, donde se celebra la convención. Ese agradecimiento tiene doble lectura: por su medio siglo de entrega, sí, pero también por su retirada. La comunión entre el presidente y los delegados sirve de sutura emocional para la herida abierta con su renuncia. “Verán, ha sido el honor de mi vida servir como vuestro presidente. Amo el trabajo, pero amo más a mi país”, dijo Biden. “Y todo eso de que estoy enfadado con toda esa gente que dijo que debería dimitir no es cierto”, aseguró. “He sido demasiado joven para estar en el Senado porque aún no tenía 30 años, y demasiado viejo para seguir como presidente. Pero espero que sepan lo agradecido que estoy a todos ustedes”, dijo en otro momento. Que Biden pase el testigo a su vicepresidenta, con la que tiene sintonía y complicidad, también facilita las cosas. “Elegir a Kamala Harris fue la primera decisión que tomé cuando me convertí en nuestro nominado y fue la mejor decisión que he tomado en toda mi carrera”, dijo Biden. “Es dura, tiene experiencia y una integridad enorme”, la elogió. “Su historia representa la mejor historia estadounidense”. Luego, en un guiño a su propia carrera que hizo a la gente sonreír, añadió: “Y como muchos de nuestros mejores presidentes, también ha sido vicepresidenta”. Su intervención repasó los logros de su mandato y avaló a Harris como receptora de su legado, pero también estuvo dedicada a advertir de la amenaza existencial que ve en una posible vuelta de Trump. “Salvamos la democracia en 2020 y vamos a salvarla otra vez en 2024″, dijo el presidente. “¿Estáis preparados para votar por la libertad? ¿Estáis preparados para votar por la democracia y por Estados Unidos? Dejadme preguntaros: ¿estáis preparados para elegir a Kamala Harris y Tim Walz?”, había iniciado su intervención. Declaró su amor por EE UU y lo contrapuso a lo que considera la actitud de Trump: “No puedes amar a tu país solo cuando ganas”, argumentó. “Donald Trump dice que somos un país en decadencia. Dice que estamos perdiendo. ¡Él es el perdedor! Está totalmente equivocado”, exclamó. “El crimen seguirá bajando cuando pongamos en la Casa Blanca a una fiscal en lugar de un delincuente convicto”, soltó en otro ataque a su rival político. “Me presento ante ustedes en esta noche de agosto para informarles de que la democracia ha prevalecido. La democracia ha cumplido. Y ahora la democracia debe ser preservada”, dijo en referencia a la amenaza que representa en su opinión el líder republicano. Sobre el escenario apareció un Biden enérgico, que recordaba más al que dio el discurso sobre el estado de la Unión en marzo que al que naufragó en el debate contra Trump de junio y llevó a los demócratas a cuestionar que el presidente, de 81 años, fuera capaz de derrotar de nuevo en las urnas al republicano. Habló durante unos 45 minutos, con frecuencia elevando la voz, y sin apenas titubeos. Su intervención, en realidad, fue en gran medida una antología de alocuciones previas. A Biden le gusta repetir hasta la extenuación las frases y coletillas que considera acertadas. “Wall Street no construyó EE UU. La clase media lo hizo. Y los sindicatos construyeron la clase media”, fue una de tantas. “Donald Trump prometió una semana de infraestructuras cada semana después de cuatro años, y nunca construyó una maldita cosa”, otra. “Estamos en un punto de inflexión, en uno de esos raros momentos en la historia en que las decisiones que tomamos determinarán la suerte de nuestra nación y del mundo en las próximas décadas”, insistió, como muchas otras veces. También reiteró su idea de que se libra una “batalla por el alma de la nación”. Y otra que, cada vez que se escucha, anuncia que el discurso llega a su fin: “Somos los Estados Unidos de América y no hay nada que no podamos hacer si lo hacemos juntos”. El presidente exhibió los logros de su presidencia, incluyendo la salida de la pandemia, la recuperación económica, la creación récord de empleo, la rebaja de los precios de los medicamentos, las inversiones en infraestructura y el impulso a las plantas de microprocesadores. También defendió su política exterior, especialmente en lo relativo a su respuesta a la guerra de Ucrania. “[El presidente ruso, Vladímir] Putin pensó que tomaría Kiev en tres días. Tres años después, Ucrania sigue siendo libre”, afirmó. Trump, aseguró, se inclina ante Putin; “Kamala Harris nunca lo hará”. Biden también puso el acento en la necesidad de “poner fin a la guerra de Gaza” y hasta admitió que los que protestan contra ella estos días en Chicago tienen sus razones. Durante su discurso hubo un mínimo conato de protesta de algunos delegados por su apoyo a Israel. Una audiencia entregada Rodeado de familiares y aliados políticos, Biden recibió el cariño de una audiencia entregada en su fugaz paso por una convención

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Estados Unidos: Harris adelanta a Trump en tres estados clave, según el NYT

FOTO: CNBC Una reciente encuesta realizada por el New York Times en colaboración con Siena College revela que la vicepresidenta Kamala Harris se encuentra por delante del expresidente Donald Trump en tres estados clave para las elecciones de 2024. Este resultado marca un cambio significativo en la dinámica política desde que el presidente Joe Biden anunció que no buscaría la reelección. El sondeo, llevado a cabo entre el 5 y 9 de agosto, muestra que Harris lidera en Michigan, Wisconsin y Pensilvania por un margen de cuatro puntos porcentuales, con un 50% de apoyo entre los votantes probables en cada estado, frente al 46% de Trump. La encuesta de ofrece una visión temprana de la contienda electoral en estos estados cruciales, que han sido históricamente determinantes en las victorias o derrotas del partido demócrata. Aunque la carrera aún se encuentra en sus primeras etapas, los resultados sugieren un fortalecimiento de la posición demócrata en estos territorios tras la salida de Biden de la contienda. Este panorama representa un giro significativo, dado que durante el último año, las encuestas habían mostrado una competencia empatada o con una ligera ventaja para Trump sobre Biden. A pesar del avance de Harris en las encuestas, los datos también revelan algunas vulnerabilidades. Según la información obtenida por The New York Times, los votantes en estos estados confían más en Trump en temas como la economía y la inmigración, áreas que continúan siendo centrales en la campaña presidencial. Harris ha visto un aumento significativo en su favorabilidad, especialmente en Pensilvania, donde su calificación ha subido 10 puntos porcentuales en el último mes. Esta mejora en la percepción de la vicepresidenta podría estar influenciada por su reciente selección del gobernador de Minnesota, Tim Walz, como su compañero de fórmula. Mientras que bajo la candidatura de Biden, el partido había comenzado a perder terreno entre votantes jóvenes y afroamericanos, Harris ha logrado consolidar el respaldo de estos grupos demográficos. Según los datos, la vicepresidenta también ha mantenido el apoyo de votantes mayores, un segmento clave que fue decisivo para Biden en las elecciones pasadas. La satisfacción entre los votantes demócratas con su candidata ha aumentado considerablemente desde que Harris fue anunciada como la principal contendiente del partido. Este entusiasmo contrasta con la reacción de algunos votantes republicanos hacia la selección de J.D. Vance como compañero de fórmula de Trump, quien ha generado opiniones encontradas, incluso dentro de su propio partido. En comparación, Tim Walz ha recibido una acogida más cálida entre los demócratas, particularmente en Pensilvania, donde la encuesta fue realizada después de su anuncio. Las opiniones de los votantes reflejan una mezcla de emociones. Un segmento de votantes expresa una mayor atracción hacia el carácter de Harris en comparación con Trump, aunque mantienen reservas sobre algunas de sus políticas. Otros, en contraste, ven en Trump una figura más confiable para manejar cuestiones económicas y creen que Harris es demasiado liberal para representar sus intereses. (EXPANSIÓN)

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Estados Unidos: Donald Trump y Kamala Harris se verán las caras el 10 de septiembre en un debate televisivo

Los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, debatirán en televisión al menos una vez: el 10 de septiembre, en lo que promete ser un acontecimiento que puede marcar el curso de la campaña electoral hacia los comicios del próximo noviembre. A menos de noventa días para la cita en las urnas, ambos candidatos están empatados, según los sondeos. A estas alturas, cualquier evento que pueda inclinar al reducido grupo de votantes indecisos de un lado u otro puede tener una importancia fundamental. Una semana después de asegurar que solo debatiría con su rival electoral el 4 de septiembre en la cadena conservadora Fox News, Trump anunciaba este jueves un cambio de opinión. En una rueda de prensa en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, ha propuesto una serie de tres debates en septiembre con Harris. Casi de modo simultáneo, la cadena ABC ha anunciado que los dos candidatos han aceptado un debate organizado por esta compañía el 10 de septiembre Además del programa en Fox el 4 de septiembre, el republicano ha sugerido un segundo debate el día 10 en ABC, y un tercero en la cadena NBC el día 25. Según Trump, las fechas y las emisoras ya están pactados con los ejecutivos de las compañías televisivas, pero la campaña demócrata aún tenía que dar su visto bueno. Las dos campañas habían pactado el debate del 10 de septiembre ya en mayo, cuando el presidente Joe Biden era aún el candidato demócrata. Aquel pacto incluía también el duelo del 20 de junio en la cadena CNN. El acontecimiento televisado acabó teniendo dimensiones históricas: la intervención de Biden —cansado, confuso y que perdió el hilo de sus argumentos con frecuencia—, fue tan catastrófica que acabó forzando su renuncia a la reelección un mes después, en favor de Harris. La semana pasada, Trump había declarado “finiquitado” el debate del día 10, en un comentario en su red social, Truth, en el que aseguraba que consideraba nulo el acuerdo de hace tres meses porque Biden ya no era el candidato. También alegaba que tenía pendiente una demanda por difamación contra la cadena ABC, a la que considera inclinada a favor de los demócratas. Proponía, en cambio, celebrar un careo en Fox News, con público en vivo. Hasta el momento no está claro si llegarán a celebrarse los tres debates o solo el del día 10. Tampoco bajo qué condiciones. Las pactadas en mayo estipulaban que no debía haber público presente en los estudios; los candidatos tendrían sus micrófonos silenciados mientras no tuvieran el turno de palabra, para evitar interrupciones mutuas. La declaración de entonces del expresidente motivó un enfrentamiento entre las dos campañas. La de Harris aseguraba que la vicepresidenta participaría en el debate ya acordado en ABC y acusaba a su rival de acobardarse ante la perspectiva de enfrentarse a una antigua fiscal general, bregada en presentar sus argumentos ante un público para convencerlo. Trump, por su parte, acusaba también a su rival de tener miedo de vérselas con él en Fox, y sostenía que si el careo no se celebraba en esa cadena no se vería con Harris “en absoluto” en el resto de la carrera electoral. El republicano había convocado su rueda de prensa este jueves por sorpresa en sus redes sociales. Era la primera vez que comparecía en público desde que Harris anunció el martes al gobernador de Minnesota, Tim Walz, como su candidato a vicepresidente. Visiblemente molesto, el candidato republicano negó que su rival demócrata haya recortado distancias en las encuestas, después de meses en los que Trump figuró por delante. Los sondeos apuntan ahora a un empate técnico entre ambos y los analistas consideran la carrera completamente igualada. “Estamos ganando”, insistió el expresidente, que presumió de contar con una gran intención de voto entre todos los segmentos de población, excepto entre “las mujeres negras”. La rueda de prensa también se celebraba después de que Harris y su nuevo número dos celebrasen una serie de mítines de presentación en tres Estados, con los aforos completamente llenos. La campaña demócrata asegura que en cada caso la asistencia ha sido superior a las 10.000 personas, y que el más reciente hasta el momento, en un aeródromo de Detroit, ha sido el más numeroso, con una participación de 15.000 personas. Este jueves, tras cancelar actos en Carolina del Norte y Georgia por el mal tiempo, participaban en un evento para agradecer el apoyo de la central sindical UAW en Míchigan, antes de cerrar su gira en Arizona este viernes y Nevada el sábado. Preguntado al respecto, un Trump indignado —desde su llegada a la Casa Blanca en 2017 las cifras de participación en sus actos ha sido una de sus grandes obsesiones— presumía de contar con “los mayores números de asistencia de la historia”, más incluso que en “la marcha de Martin Luther King”. “68.000 personas fueron a mi mitin en Alabama”, aseguró. “La prensa dice que los demócratas han recuperado el entusiasmo. No, no. El entusiasmo está conmigo y con los republicanos”, repitió en varias ocasiones. (EL PAÍS)

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Kamala Harris elige al progresista Tim Walz como candidato a vicepresidente de Estados Unidos

FOTO: FRANCE 24  La candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, ha seleccionado al gobernador de Minnesota, Tim Walz, como su número dos en la carrera hacia la Casa Blanca. Ambos presentarán su candidatura en público en la tarde del martes en un mitin en Filadelfia (Pensilvania), la primera etapa de una gira por siete Estados en cinco días. “Me agrada compartir que he tomado mi decisión: el gobernador de Minnesota Tim Walz se unirá a nuestra campaña como compañero de papeleta”, ha declarado Harris en un mensaje de texto a sus partidarios. “Tim es un líder curtido en la batalla que cuenta con un historial increíble de logros en favor de las familias de Minnesota. Sé que aportará ese mismo liderazgo honorable a nuestra y a la oficina de la vicepresidencia”. El flamante seleccionado, antiguo profesor de instituto, ha hecho un guiño a su pasado en su primer mensaje en X, la antigua Twitter, como candidato a la vicepresidencia: “Es el honor de toda una vida unirme a la campaña de Kamala Harris. A tope. La vicepresidenta Harris nos está mostrando la política de lo que se puede conseguir. Me recuerda un poco al primer día de clase”. La selección de Walz, apoyado por grupos progresistas y actual presidente de la asociación de gobernadores demócratas, es la decisión más importante que Harris ha tomado hasta el momento como candidata presidencial —la votación para confirmarla en el puesto terminó este lunes—. Las consecuencias de esta elección podrían arrastrarse durante años en caso de ganar en los comicios de noviembre. Y apunta a cuáles van a ser sus prioridades de campaña. Durante días, los distintos grupos de poder dentro del partido presionaron, en privado y en ocasiones muy en público, para promover a sus favoritos. Los sindicatos, los grupos progresistas y muchos legisladores que colaboraron con él durante sus 12 años como congresista, a favor del gobernador de Minnesota. Otros alineados con posiciones centristas, a favor del de Pensilvania, Josh Shapiro, el otro finalista. En su apuesta por Walz, Harris ha primado sus dotes de comunicación, su identificación con el público común y corriente y sus buenas relaciones en el Congreso de Estados Unidos. El gobernador de Minnesota, de 60 años, era hasta hace apenas dos semanas casi un perfecto desconocido para el público general fuera de su Estado. Pero saltó a la fama en las últimas dos semanas como un representante de la campaña ubicuo en los medios, caracterizado por su manera directa de expresarse. Suyo es el calificativo de “raros” que se ha generalizado entre los demócratas para caracterizar a sus rivales republicanos, los candidatos Donald Trump y J.D. Vance. Trump no ha tardado en reaccionar. Antes incluso de que la campaña haya confirmado de manera oficial la selección, el expresidente ha asegurado, en un mensaje por SMS y correo electrónico a sus partidarios, que Walz “sería el peor vicepresidente de la historia”, que “desatará EL INFIERNO EN LA TIERRA y abrirá nuestras fronteras a los peores criminales imaginables”. La campaña del expresidente se ha expresado en términos similares: “Walz está obsesionado con difundir la peligrosa agenda liberal de California por todas partes. Si Walz no les dice la verdad a los votantes, nosotros lo haremos: al igual que Kamala Harris, Tim Walz es un extremista peligrosamente liberal, y el sueño californiano de Harris-Walz es la pesadilla de todos los estadounidenses”. Al candidato finalista, Josh Shapiro, de 51 años y considerado una de las grandes estrellas emergentes de su partido, lo avalaba su impresionante historial de logros, su carisma y el poder arañar votos en su Estado, que los demócratas necesitan ganar a toda costa para imponerse en la carrera por la Casa Blanca. Pero las críticas de los grupos progresistas hacia las posiciones proisraelíes de este judío practicante acabaron inclinando la balanza del lado de Walz, considerado la opción menos proclive a generar divisiones internas. La del gobernador de Minnesota “ha sido una selección pensada para mantener incólume la cohesión del Partido Demócrata y evitar ciclos noticiosos sobre un ala progresista decepcionada y peleas internas demócratas sobre la guerra en Gaza”, ha apuntado el analista Nate Silver en su blog, Silver Lining, inmediatamente tras el anuncio. Todo el proceso se ha desarrollado necesariamente a toda prisa. En condiciones normales, la selección de un número dos para un ticket presidencial es algo que lleva meses de análisis, conversaciones y de minuciosa investigación de los detalles más nimios de las cuentas bancarias, el historial de vida y los pensamientos de los candidatos. Es una “colonoscopia (política) practicada con un telescopio”, según lo ha descrito el exgobernador de Indiana Evan Bayh, el aspirante que Barack Obama descartó como su compañero de ticket electoral en favor de Joe Biden en 2008. Pero las de la campaña de Harris no son condiciones normales. La vicepresidenta recogió el testigo de Joe Biden cuando el presidente renunció a la reelección hace dos semanas, y este es todo el tiempo que ha tenido para pasar revista a sus opciones de pareja política. Una decena de personas figuraba en las listas iniciales. Media docena de ellas pasaron por el tamiz, tras la renuncia pública de dos de los más barajados, la gobernadora de Míchigan, Gretchen Whitmer, y el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper. Un equipo de abogados liderado por el ex secretario de Justicia Eric Holder se encargó contra reloj de examinar la documentación aportada por la media docena de finalistas: además de Walz y Shapiro, el senador por Arizona Mark Kelly; el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, y los gobernadores de Kentucky, Andy Beshear, e Illinois, JB Pritzker. (EL PAÍS)

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Estados Unidos: Kamala Harris recauda casi $us 47 millones para su campaña en apenas siete horas

FOTO: REUTERS La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, ha logrado recaudar casi 47 millones de dólares en donaciones para su campaña presidencial en las siete horas después de que fuera apoyada por Joe Biden como su sucesora para las elecciones de noviembre. Según informa la plataforma ActBlue, una de las principales en las que se recogen las donaciones para el Partido Demócrata, estas aportaciones proceden en su mayoría de pequeños donantes que apoyan la candidatura de Harris para ser nominada como candidata de ese partido en sustitución del presidente Biden, que ayer anunció su retirada de la carrera presidencial. “Hasta las 9:00 pm ET (del domingo) (1:00 GMT del lunes), los simpatizantes de base han recaudado 46,7 millones de dólares a través de ActBlue tras el lanzamiento de la campaña de la vicepresidenta Kamala Harris”, explicó ActBlue. “Este ha sido el día de mayor recaudación de fondos del ciclo 2024. Los pequeños donantes están entusiasmados y listos para afrontar estas elecciones”, escribió la plataforma en su perfil de X. El aumento en la recaudación de fondos, que incluye dinero para la campaña de Kamala Harris, así como para otros candidatos y grupos demócratas, refleja un entusiasmo demócrata que “no habíamos visto hasta ahora en este ciclo”, precisó la plataforma. ActBlue declaró previamente que en las primeras cinco horas de campaña de Harris, la plataforma ya había sumado más de 27,5 millones de dólares a través de donaciones de pequeños donantes. Estas iniciativas también se han visto reflejadas por el diario The New York Times, que asegura que los pequeños donantes se están uniendo rápidamente a Harris. Y cita un ejemplo: David Hogg, un activista por el control de armas y superviviente del tiroteo masivo de 2018 en Parkland (Florida), ha lanzado a sus seguidores en las redes sociales un desafío para recaudar fondos rápidamente para la nueva candidata presidencial. Hogg dijo que su llamamiento en la red X había logrado recaudar 200.000 dólares en donaciones en solo cuestión de horas. La decisión de Biden de no aspirar a la reelección se produce después de semanas en las que los demócratas instaron al presidente a retirarse de la carrera tras una desastrosa actuación en el debate televisivo con el expresidente republicano Donald Trump. Biden y el equipo de su campaña no escucharon los repetidos llamamientos desde su partido para que reconsiderara echarse a un lado de la carrera presidencial hasta ayer domingo. En las horas transcurridas desde el anuncio de Biden, numerosos demócratas han respaldado a Harris como su probable candidata para las elecciones de noviembre, quien ha confirmado que presentará su candidatura. (EFE/VISIÓN 360)

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