La geografía del vino está cambiando y cambiará mucho más en los próximos años en hasta el 70% de las zonas de cultivo y producción actuales por los efectos que tienen el aumento de las temperaturas y la alteración de las precipitaciones en el rendimiento de la uva, su composición en momento de la cosecha y la calidad del vino resultante. Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio sobre el impacto del cambio climático en la viticultura mundial llevado a cabo por investigadores de las universidades de Burdeos (Francia) y Palermo (Italia). En el caso de que el aumento de las temperaturas sea superior a los 2 ºC, “el 90% de las regiones vitivinícolas tradicionales costeras y de tierras bajas de España, Italia, Grecia y el sur de California podrían enfrentar una gran pérdida de idoneidad [haciendo imposible la producción de vino de primera calidad] para finales de este siglo debido a una sequía excesiva y olas de calor más frecuentes”, advierten los autores de este estudio. En el apartado de regiones potencialmente beneficiadas por las nuevas condiciones climáticas, los autores señalan que “entre el 11% y el 25% de las regiones vitivinícolas existentes podrían experimentar una mayor producción; como los estados de Washington y Oregón (en Estados Unidos), Tasmania o el norte de Francia”. Además, “podrían surgir nuevas áreas adecuadas en latitudes y altitudes más altas, por ejemplo, el sur del Reino Unido”, dependiendo, no obstante, del nivel de aumento de temperaturas, señalan los autores. Revisión detallada Los efectos del calentamiento global en el sector vitivinícola están siendo estudiado desde hace años y en algunos casos se están aplicando ya adaptaciones de los cultivos a las nuevas condiciones. El trabajo que se presenta, publicado el 26 de marzo en la revista Nature Reviews Earth & Environment, destaca por ser la mayor recopilación de datos y escenarios de futuro para todas las regiones de producción de vino del mundo. Además, el equipo que firma este estudio, liderado por Cornelis van Leeuwen, profesor de viticultura y jefe de departamento en la Bordeaux Sciences Agro, señala también las zonas del planeta en las que, debido a las nuevas condiciones climáticas, podría expandirse la viticultura y propone un seguimiento detallado de “los impactos en los ecosistemas naturales y la biodiversidad para poder mitigar cualquier impacto negativo”. El futuro de la viña en Europa El nuevo estudio dedica buena parte de su análisis en las condiciones actuales y futuras en Europa. La combinación del aumento de las temperaturas y la reducción de las precipitaciones provocará un grave riesgo de sequía en el sur de la península ibérica, sur de Francia, España mediterránea, valle del Po y costa norte de Italia, Balcanes y suroeste del Mar Negro, detalla el estudio. En estas zonas, las olas de calor y la escasez de agua “podrían hacer insostenible cualquier proyecto extensivo, incrementando el riego de que los cultivos pierdan idoneidad, es decir, no se consiga producir vino de alta calidad”. Además, las condiciones más cálidas y una mayor exposición a las radiaciones solares (quemaduras en las hojas y la vid) afectan negativamente tanto al rendimiento como a la calidad del vino en estas zonas. “En escenarios de calentamiento severo [más de 2 ºC de aumento], la mayoría de las regiones mediterráneas por debajo de los 45° N podrían convertirse en climáticamente inadecuadas para la producción de vino y viñedos, y la única alternativa en estas zonas serían los viñedos a mayor altitud”. Los autores calculan, no obstante, que “solo una pequeña porción de esta pérdida (menos del 20%) puede ser potencialmente compensada con el desplazamiento de los viñedos hacia zonas montañosas”. También para escenarios de calentamiento severos, los autores indican que “es probable que sea necesario hacer una transición a variedades de uva de maduración más tardía en estas regiones”. Por el contrario, se espera que Galicia, el norte de los Balcanes y, en general, las zonas por encima de los 46° N se beneficien del calentamiento, al menos para niveles limitados de aumento de temperatura. A considerar también que, en algunos de estos casos, la brotación temprana podría aumentar el riesgo de heladas primaverales. Cambios Chile y Argentina experimentan una metamorfosis de sus zonas vinícolas por el cambio climático. Mientras, el vino del Cono Sur sigue popularizándose en Alemania. En el conjunto de Europa, se espera que nuevas regiones vitivinícolas se expandan hacia el norte, especialmente a lo largo del sector Atlántico, lo que resulta en un aumento neto de zonas climáticamente adecuadas en Europa hasta en un 60%. Aunque, como reconocen los autores, esta expansión es puramente teórica y se refiere únicamente a las condiciones climáticas, sin considerar la calidad del suelo, el uso preexistente de la tierra y otros factores cruciales para el establecimiento de nuevos viñedos. Poniendo en contexto el nuevo estudio, Javier Martín-Vide, climatólogo y catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona [experto que no ha participado en la elaboración del nuevo estudio pero conoce sus resultados], recuerda que “el aumento de la temperatura del aire en la cuenca del Mediterráneo ha alcanzado ya 1,5 ºC respecto a la temperatura media de la segunda mitad del siglo XIX, mientras que a nivel global se sitúa en 1,2ºC, por lo que la cuenca es un hot spot, una región especialmente sensible al calentamiento”. Respecto a los datos ahora presentados, Martín-Vide, indica a La Vanguardia que “sin duda, el calentamiento afectará al cultivo de la vid, como a otros cultivos, especialmente, como cita el artículo, por el impacto negativo de las olas de calor, cada vez más frecuentes, intensas y duraderas, y por las sequías, en aumento”. Jaque en América Latina “La escasez de agua ha provocado que mucha gente decida cambiar su cosecha”, comenta a DW Elina Carbonell, viticultora y propietaria de la viña Lugarejo, en la provincia de Colchagua, Chile. “Muchos están emigrando de la viticultura a otros sectores”, comenta. La industria vitivinícola chilena representa un 0,5 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, según datos del Gobierno del