Las cifras de deforestación y degradación de los bosques amazónicos han llegado al 26% de todo el territorio que cubre 847 millones de hectáreas. Brasil y Bolivia, en ese orden, deforestaron en los últimos 40 años más de 60 millones de hectáreas.
Siete departamentos emitieron alerta naranja por las temperaturas elevadas que van desde los 36 a los 45° y por lo menos 300 municipios estas siendo azotados por sequias y escasez de agua. Pese a esas evidencias, nadie, aparte de las ONG´s y ambientalistas establecen una relación causa-efecto de lo que está ocurriendo, con la deforestación y mucho menos plantean medidas estructurales para afrontar esta crisis hídrica.
La crisis hídrica requiere soluciones estructurales enfocadas en diferentes niveles que van desde las políticas para reducir la depredación de los bosques a la reforestación como estrategia nacional con especies nativas de las regiones, para preservar los ecosistemas.
POR ÁNGEL LOZANO