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Reconocen a Van Dooren por revelar el impacto humano y cultural de la extinción

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La Fundación BBVA ha otorgado el VII Premio Biophilia al filósofo Thom Van Dooren, reconociendo más de veinte años de trabajo pionero que entrelaza ética, ecología y humanidades para comprender la extinción como fenómeno biocultural

Su enfoque, definido como “filosofía de campo”, combina investigación directa en territorios afectados con reflexión ética profunda, revelando cómo cada especie perdida transforma también los mundos humanos que la rodean

Van Dooren ha trazado una cartografía sensible de la crisis de biodiversidad, mostrando que la extinción no solo erosiona ecosistemas, sino también memorias, significados y vínculos culturales.

Entre sus obras más destacadas, el jurado subraya Flight Ways: Life and Loss at the Edge of Extinction (2014) y A World in a Shell: Snail Stories for a Time of Extinctions (2022). En el primero, Van Dooren estudia el impacto de la desaparición de aves gravemente amenazadas en Norteamérica, Australia e India, mostrando que cada pérdida implica un “proceso de descomposición biocultural”.

En su segundo libro, analiza la desaparición de caracoles en Hawái, vinculando la extinción a la pérdida de significado cultural y espiritual para las comunidades locales. Estos estudios reflejan la importancia de integrar la investigación ecológica con la perspectiva humanística para responder a la crisis de biodiversidad.

El jurado del Premio Biophilia concluye que su trabajo ha sido clave para “configurar el campo multidisciplinar de las humanidades ambientales” y desarrollar “formas innovadoras para comprender y responder a la crisis de la biodiversidad”. El premio está dotado con 100.000 euros y reconoce aportaciones que repiensen la relación de los humanos con la naturaleza desde las humanidades, las ciencias sociales y la comunicación.

Filosofía para enfrentar la crisis de biodiversidad

Van Dooren define su trabajo como un proyecto filosófico que busca articular respuestas éticas frente a la extinción masiva provocada por la acción humana. “Cuando una especie se extingue —afirma— se pierden mundos enteros. Mi objetivo es documentar y describir esos mundos perdidos”.

Su enfoque plantea que la extinción no es solo una cuestión ecológica, sino un fenómeno “biosocial” y “biocultural” que afecta también a las comunidades humanas: desde la pérdida de un recurso simbólico hasta el impacto en modos de vida tradicionales.

Por ello, insiste en la necesidad de un diálogo entre ciencias naturales, humanidades ambientales y ciencias sociales para abordar la crisis de forma integral. Solo así, sostiene, será posible adoptar estrategias eficaces de conservación y justicia ambiental.

Thom Van Dooren es catedrático en la Universidad de Sídney;  Humboldt Research Award Fellow en la Universidad de Colonia;  autor de obras pioneras en humanidades ambientales y cofundador de la revista Environmental Humanities

Trabajo de campo y ética aplicada

La filosofía de campo de Van Dooren defiende la investigación directa en los territorios donde ocurre la extinción. Esto permite comprender la complejidad de cada proceso, evitando soluciones genéricas que pueden generar conflictos éticos o sociales.

“En muchos casos —explica— la conservación implica dilemas éticos, como la necesidad de sacrificar individuos para salvar una especie o la amenaza que puede suponer a comunidades locales. No existe una respuesta única: cada contexto requiere un análisis profundo”.

Este planteamiento multidisciplinar ayuda a reducir fracasos en estrategias de conservación, garantizando que las soluciones sean aceptadas socialmente y respetuosas con los contextos ecológicos y culturales.

El impacto biocultural de la extinción

Van Dooren ha demostrado que la extinción no solo destruye ecosistemas, sino que transforma identidades culturales. En Flight Ways expone cómo la desaparición de aves emblemáticas implica una pérdida cultural y espiritual para las comunidades humanas.

Este planteamiento le ha llevado a acuñar el concepto de “cuidados violentos”: intervenciones necesarias para conservar especies que pueden implicar sufrimiento de otros seres vivos. Reconocer estos dilemas éticos es parte esencial de su propuesta.

Su último libro destaca que cada extinción requiere un enfoque contextualizado y multidisciplinar, combinando ciencia, ética y narrativas capaces de sensibilizar a la sociedad sobre la pérdida de biodiversidad.

Humanidades ambientales como herramienta de compromiso

Para Van Dooren, las humanidades ambientales aportan narrativas científicas y éticas que conectan con el público más allá de lo académico. El storytelling es una herramienta clave para comunicar la crisis de biodiversidad y motivar compromisos éticos.

Su mensaje central es que la identidad humana emerge de la relación con la naturaleza: perder especies es perder formas de entendernos y relacionarnos con el mundo. “Cultivar buenas relaciones con todas las formas de vida —subraya— es el mejor camino para evitar escenarios catastróficos”.

El trabajo de Van Dooren representa un avance clave en humanidades ambientales y ofrece una hoja de ruta ética para enfrentar la crisis de extinción.

El Premio Biophilia reconoce cada año contribuciones excepcionales para repensar la relación entre humanidad y naturaleza y tiene una dotación de 100.000 euros. 

EFE VERDE

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