El futuro de los combustibles fósiles dominaba este viernes las discusiones de la COP28 en Dubái, que emprendió su segunda y decisiva etapa de negociaciones.
La COP hace un balance anual de la lucha contra el cambio climático desde 2015, cuando se firmó el Acuerdo de París, y en palabras del presidente de la cita, el emiratí Sultan al Jaber, puede ser esta edición «la que cambie las reglas del juego».
Combustibles fósiles
Un nuevo borrador, de 27 páginas, fue publicado a media jornada, con más opciones sobre qué hacer con el petróleo, el gas y el carbón, combustibles de origen fósil y principales responsables de la emisión de gases de efecto invernadero.
«Abandonar» o «reducir» el uso de esas fuentes de energía es la disyuntiva básica de la declaración final, que los ministros deberían cerrar el próximo martes.
En la mesa hay una tercera opción, mucho más controvertida, que es la de no mencionar en absoluto esos combustibles.
«Este último borrador muestra que nunca hemos estado más cerca de un abandono de los combustibles fósiles. Pero cómo será esa transición será una áspera batalla en los próximos días», explicó Romain Ioulalen, de Oil Change International.
Los combustibles fósiles tienen un papel clave en la inflación de los países ricos, y contribuyen vitalmente al desarrollo económico de los países pobres.
Terminar la tarea
«Les ruego que terminen la tarea», pidió el presidente de la COP28, Sultan Al Jaber, este viernes, al abrir una nueva reunión plenaria.
Las decisiones se toman por consenso en las conferencias de partes (COP) de la ONU.
Jaber distribuyó la tarea de aquí al martes en cuatro grupos de trabajo, copresididos por dos ministros de países, que deberán recibir las sugerencias de los participantes.
Uno de ellos, el grupo sobre adaptación al cambio climático, es copresidido por Chile y Australia, y es una ilustración de las dificultades de la tarea.
El mundo se había fijado unos objetivos hace dos años en el tema de la adaptación que no están reflejados en el borrador, a causa de las profundas divergencias a nivel técnico.
«Lo que ocurrió fue que no hubo ninguna discusión sustantiva, o sea, nunca se lograron sentar a ver el texto, a discutir qué parte les gustaba, que no les gustaba, qué se puede mejorar… » detalló la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas, a la AFP.
(08/12/2023)
LA RAZÓN