
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes en Truth, su red social, un nuevo ataque, no está claro si el tercero o el cuarto, contra una lancha en el Caribe a la que acusa de estar implicada en el tráfico de drogas.
“Bajo mis órdenes, el secretario de Guerra [el secretario de Defensa, Pete Hegseth] ordenó un ataque cinético letal contra un buque afiliado a una Organización Terrorista Designada [por el Departamento de Estado] que estaba efectuando labores de narcotráfico en el área de responsabilidad del Comando Sur de los Estados Unidos”, escribió. Ese comando tiene jurisdicción en los países de Latinoamérica, salvo México, y las islas de soberanía europea del Caribe.
El anuncio llega después de que, el 2 de septiembre, el presidente de Estados Unidos anunciara una operación militar contra una embarcación proveniente de Venezuela, con 11 tripulantes, que murieron en el ataque, y de que el lunes Trump informara de la destrucción de una segunda narcolancha, con “tres narcoterroristas” a bordo, según escribió.
El miércoles, antes de salir de viaje de Estado al Reino Unido, el republicano habló en una conversación con periodistas a los pies de su helicóptero presidencial de una tercera embarcación, de la que no dio más detalles. No está claro si se trata de la misma misión sobre la que escribió en su red social este viernes en un post que incorpora imágenes en movimiento de la operación militar.
Según Trump, los servicios de inteligencia confirmaron que esa embarcación era una narcolancha que navegaba “con el objetivo de envenenar a estadounidenses”. “El ataque mató a tres narcoterroristas a bordo” y la lancha “se encontraba en aguas internacionales. Ningún miembro de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos resultó herido”, continúa el texto.
En su característico estilo enfático, Trump concluye su Truth: ¡¡¡DEJEN DE VENDER FENTANILO, NARCÓTICOS Y DROGAS ILEGALES EN ESTADOS UNIDOS Y DE COMETER VIOLENCIA Y TERRORISMO CONTRA ESTADOUNIDENSES!!!
Dudosa legalidad
Trump enmarca estas operaciones de dudosa legalidad internacional lanzadas en el Caribe en la cruzada contra el narcotráfico de las autoridades estadounidenses, que las consideran como un acto de defensa legítima. El presidente de Estados Unidos ha ironizado varias veces esta semana sobre un posible efecto colateral: los ataques están provocando la desaparición de barcos de toda clase en esas aguas. “Ni siquiera [hay] barcos de pesca; nadie quiere salir a faenar. Es lo que hay”, dijo el miércoles.
La Administración de Trump considera que los carteles del narco, especialmente los de Venezuela, representan una amenaza para “la seguridad nacional, la política exterior y los intereses vitales de Estados Unidos”, según escribió este lunes en Truth. En febrero pasado, Washington incluyó al Tren de Aragua en la lista del Departamento de Estado de organizaciones terroristas extranjeras. En el mensaje de este viernes da a entender que se refiere a esta organización.
Dado que Trump considera ese tráfico de drogas una “amenaza inminente” para Estados Unidos, considera que tiene el derecho de ordenar ataques militares sin necesidad de pedir la aprobación del Congreso, que sería el cauce habitual.
El primero de los ataques sigue rodeado de incógnitas, y ha generado un debate en Washington sobre su legalidad. Un grupo de senadores de ambos partidos ha exigido explicaciones oficiales en una carta remitida a Trump, mientras defensores de los derechos humanos denuncian que “esta Administración está normalizando las ejecuciones extrajudiciales”. Trump dijo que el ejército, que llevó a cabo la operación, tiene abundantes pruebas de que aquella embarcación estaba traficando con drogas, pero aún no las ha hecho públicas. El chavismo niega que sus 11 tripulantes fueran narcos.
Sobre la segunda operación, Trump dijo este lunes: “Tenemos pruebas. Basta con mirar el cargamento. Se esparció por el océano: [había] cocaína y fentanilo por todas partes. Lo tenemos todo grabado con mucho cuidado, porque sabíamos que ustedes [los periodistas] nos perseguirían [en busca de respuestas]”.
(EL PAÍS)