
Una flota de barcos israelíes ha cortado el paso a la flotilla que se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria y ha rodeado el Alma, el barco principal de la misión, a última hora de la tarde. La flotilla ya se había adentrado en la zona de exclusión establecida por el ejército israelí. Alrededor de las 19, los integrantes de la misión, en la que va embarcado un periodista de EL PAÍS, han informado de que una veintena de barcos militares israelíes estaban a menos de cinco kilómetros de distancia.
Según fuentes de La Moncloa, el buque de guerra español Furor, que asiste a la Flotilla, está preparado para realizar operaciones de rescate, pero la embarcación española no ha entrado en la zona de exclusión, alegando que hacerlo pondría en riesgo la integridad física de su tripulación y de la propia flotilla. El Ejecutivo pidió “encarecidamente” a la misión que no se adentrara en esa zona de riesgo.
A primera hora de esta mañana, la flotilla ya ha denunciado un primer “ataque intimidatorio” de buques del ejército de Israel. La relatora especial de Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, ha dicho que, de interceptar los barcos, Israel “estaría cometiendo una violación de la legalidad internacional” puesto que “las aguas de Gaza no están bajo la legítima autoridad de Israel” y el derecho internacional prohíbe las intercepciones ilegales de barcos.
(EL PAÍS)