
“Camaradas y amigos, nos reunimos para conmemorar el 80º aniversario de la victoria de China”, dijo el presidente Xi Jinping al iniciar su discurso en Pekín en la mañana de este miércoles.
El mandatario chino pidió a la población “recordar la historia” y honrar a los veteranos que lucharon en la guerra contra Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
Xi ofreció su “agradecimiento sincero” a quienes hicieron “importantes contribuciones” a la resistencia china en el conflicto, en un acto cargado de simbolismo político y militar.

La lista de invitados incluyó a líderes de países como Vietnam, Malasia, Pakistán, Bielorrusia, Irán, Serbia, Cuba y Zimbabue.
Antes del desfile principal, una salva de artillería de 80 disparos resonó en la Plaza de Tiananmén, representando los 80 años de la victoria. La bandera nacional fue izada al compás del himno, mientras miles de guardias de honor marchaban en formación.
En la avenida Chang’an, unos 50.000 invitados agitaban pequeñas banderas chinas en un ambiente de expectación. Un coro vestido de azul interpretó himnos patrióticos como “Defender el río Amarillo”, canción emblemática de la resistencia china frente a la invasión japonesa.
Encuentro inédito con Putin y Kim
El acto también estuvo marcado por la presencia de líderes internacionales. Por primera vez, Xi Jinping apareció públicamente junto a Vladimir Putin y Kim Jong-un.
Los tres caminaron juntos por la alfombra roja hasta la tribuna de la Puerta de la Paz Celestial, acompañados por más de 20 jefes de Estado y de gobierno.
Se trata de la primera ocasión en que los mandatarios de China, Rusia y Corea del Norte participan en un evento de esta magnitud de manera conjunta, lo que subraya la dimensión geopolítica de la conmemoración.
La lista de invitados incluyó a líderes de países como Vietnam, Malasia, Pakistán, Bielorrusia, Irán, Serbia, Cuba y Zimbabue. Entre ellos también se encuentra el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
Para el líder norcoreano, este fue su primer evento multinacional desde que asumió el poder en 2011, mientras que Putin aprovechó la visita para reforzar la cercanía entre Moscú y Pekín en medio de tensiones con Occidente.
El mandatario chino pidió a la población “recordar la historia” y honrar a los veteranos.
Una ciudad bajo control estricto
El desfile, el primero en seis años, también mostró la capacidad de control del Partido Comunista sobre Pekín.
Las calles de la capital estuvieron bloqueadas con vallas y fueron patrulladas por miles de policías y soldados. Se prohibió el uso de drones y se instalaron controles de seguridad similares a los de un aeropuerto en distintos puntos de la ciudad.
La magnitud del despliegue respondió, según observadores, al temor de que surgieran protestas en medio de un contexto de malestar social entre jóvenes chinos.
El recuerdo de la pancarta crítica contra Xi desplegada en 2022 en un puente de la capital aún pesa sobre las autoridades.
La conmemoración no solo sirvió para honrar a los veteranos de la guerra contra Japón, sino también para proyectar la imagen de un país fuerte, unido en torno a su historia y liderado por un Xi Jinping que busca consolidar alianzas internacionales en un escenario global marcado por nuevas tensiones.
* Con información del equipo de corresponsales de BBC News desplegado en Pekín.